Dejar de fumar para vapear: razones a favor y en contra
Cada vez más personas deciden dejar de
fumar tabaco convencional para pasarse a los
cigarrillos electrónicos, el llamado
vapear. El debate sobre si este método es más o menos sano que el tabaco de siempre es intenso y enfrenta a facciones con argumentos encontrados, aunque en realidad al final todas las teorías vienen a decir lo mismo.
Vamos a tratar de resumir los
beneficios e
inconvenientes de
vapear cigarrillos electrónicos en
comparativa con lo que ofrece el
tabaco. ¿Es realmente mejor
vapear que
fumar? ¿Merece la pena
dejar de fumar para pasarse al
vapeo? ¿Y a largo plazo? Por suerte, para responder a esta pregunta ya hay estudios con recorrido suficiente para sacar algunas conclusiones sobre los efectos del
cigarro electrónico sobre la salud.
Vapear es más sano que fumar, sí: pero eso no dice mucho
Vayamos allá: según la evidencia recogida hasta ahora -los últimos datos que hemos encontrado al respecto son de 2015-
fumar cigarrillos electrónicos es mejor que fumar cigarros normales. Hasta ahí no hay ningún debate: si tienes que elegir entre seguir fumando tu cajetilla diaria de tabaco frente a dejar los cigarrillos para
vapear, entonces todo el mundo te dirá que la segunda opción es la más inteligente… de esas dos.
¿A qué se debe que el
vapeo sí sea más “sano” que el fumar tradicional? Principalmente a que, al ser nicotina
líquida lo que llevan estos cigarrillos en su interior, no se quema alquitrán en el proceso. El alquitrán es uno de los elementos más cancerígenos de los cigarrillos, y no está presente al vapear, aunque sí hay otros elementos químicos que causan cáncer, motivo por el que la OMS considera que no son mucho mejores.
Sin embargo, hay un
pero muy importante. Aunque quizás la posibilidad de sufrir cáncer disminuye, no ocurre lo mismo con las enfermedades cardiovasculares. Uno de los efectos más negativos del tabaco es el deterioro de las
arterias, y eso -como mínimo- se mantiene con el vapeo. Es decir, que dejar de fumar para pasarte a lo
electrónico no te evita todos los riesgos para la salud que el cigarrillo entraña en cualquiera de sus variantes.
En resumen: por lo que sabemos ahora mismo,
vapear es mejor que fumar para la
salud, pero está muy mejos de ser bueno o recomendable. Sigue teniendo elementos químicos suficientes para provocar la aparición del cáncer y sigue también aumentando el riesgo de infarto y accidentes cardiovasculares. ¿Lo más sano qué es? Ya te lo estarás imaginando.
está demostrado que es un método para dejar de fumar de eficacia probada
También hay cierta evidencia que prueba que, para dejar de fumar, es mejor escoger el mal menor del vapeo. Es cierto que aún te expones a químicos cancerígenos y al riesgo de infarto, pero puede ayudarte a desengancharte poco a poco. En países como Reino Unido incluso el sistema sanitario incentiva el uso del
cigarrillo electrónico para dejar de fumar, y es que han comprobado que funciona, aunque no siempre.
En 2015 se cifra en 18.000 las personas que dejaron el tabaco por completo gracias al cigarro electrónico, y eso sólo en Reino Unido. Según un estudio, utilizar el cigarrillo electrónico para ir reduciendo poco a poco la dosis de nicotina aumenta en un 60% las probabilidades de dejar de fumar con respecto a un intento de dejarlo de golpe.
Preocupación más que fundada sobre sus efectos a largo plazo
Ya hemos aclarado que vapear tiene sus beneficios, al menos si lo comparamos con el tabaco tradicional. Entonces, ¿por qué las autoridades sanitarias recelan de esta forma de “fumar? Por varios motivos.
Sobre todo tiene que ver con la imagen que se transmite, equivocadamente saludable o libre de riesgos. El cigarillo electrónico también provoca cáncer y es peligroso para la salud, por mucho que lo haga en menor medida que el tabaco normal.
Por lo tanto, el riesgo consiste en que las nuevas generaciones lo vean como algo sano o no tan peligroso y terminen enganchándose a un vicio que de otra forma estaría fuera de toda posibilidad. Incluso puede que acaben fumando más al creer que no se están haciendo daño. Por lo tanto, no queda más que afirmar que lo
más sano es
no
fumar ni
vapear en absoluto. A partir de ahí, que cada uno extraiga sus conclusiones.